martes, 21 de octubre de 2008

Sandman



"- ¿Sabes de que están hechos los sueños?
- ¿Hechos? Sólo son sueños.
- No. No lo son. La gente cree que no son reales porque no son materia, particulas. Son reales. Están hechos de imágenes, recuerdos y esperanzas perdidas…"






“¿Qué tal si inauguramos la celebración de la obra que tienes entre las manos definiendo de dos formas la fantasía? La primera, la que más se ve en las novelas y películas de terror, presenta una realidad parecida a la nuestra, y después postula una segunda realidad invasora, que el orden establecido que intenta tomar acaba por acomodar o desterrar. En ocasiones, como en cualquier película de exorcismo –y la mayoría de las películas de terror lo son, aunque con otros nombres- se consigue extraer la espina extraña del costado supurante de lo real. En otras, el visitante se convierte en parte del tejido de la vida ‘cotidiana’. Superman es, después de todo, una forma de vida extraña. No es más que la cara aceptable de las realidades invasoras.

El segundo tipo de fantasía es mucho más delirante. En esta clase de narraciones, el mundo entero es obsesivo y misterioso. No hay un orden establecido o sólido, sólo un conjunto de realidades relativas, individuales para cada uno de los personajes, que, en parte o en su totalidad, son frágiles y están sujetas a erupciones de otros estados y condiciones. Uno de los mejores escritores de este segundo tipo de ficciónn es Edgar Allan Poe, en cuyas febriles historias, el paisaje, los personajes –incluso la arquitectura- se convierten en vehículo de la psique atormentada y víctima de la ansiedad sexual del autor; en las que todo es posible porque los relatos tienen lugar en el cráneo del narrador.



¿Será porque el comic no está sometido al examen académico o de la crítica por lo que se ha convertido en terreno abonado para el florecimiento de este segundo tipo de ficción? En el cine, es el producto artístico casero (con Fellini a la cabeza) el que se atreve a distanciarse del naturalismo. Pero en lso últimos años los creadores del comic con más éxito han sido los que más se han apartado de la seguridad de la orilla, adentrándose en las blancas aguas embravecidas.



Por ejemplo el sr. Gaiman. En relativamente poco tiempo, sus invenciones lo han convertido en el preferido de las masas, pero sus relatos muestran el desdén más absoluto por la ordenación de las realidades. No narra historias directas o que se olviden al momento de leerlas, no proporciona soluciones moralistas tranquilizadoras. En su lugar, construye historias del modo en que un cocinero enajenado haría tartas nupciales, capa tras capa, escondiendo todo lo dulce y lo amargo en la mezcla. Los personajes que pueblan estos relatos han dejado hace mucho de cuestionarse la plausibilidad de las atrocidades que el sr. Gaiman inflige a la normalidad. Nacieron en medio de este torbellino y no conocen otra realidad. Son criaturas que sueñan sueños; y otras que sueñan con los pretendientes de lso sueños. Lo que tenemos aquí son entidades capaces de saltar de una dimensión a otra, con un sentido napoleónnico de su propio destino, y que comparte cartel con monstruitos de colores cutres que tienen aspecto de haberse escapado de los cromos que se regalan con los chicles.

En esta mezcla hay una calidad magnífica y premeditada: el sr. Gaiman es uno de esos creadores aventureros que no ve motivos para que sus relatos no acojan la comedia de golpes y porrazos, la meditación mística y la colección más macabra de asesinos en serie a este lado del Corredor de la Muerte. Realiza esta labor de combinación porque tiene un conocimiento profundo del medio y sabe dónde reside su fuerza. Tiene además –y este hecho es infinitamente más importante que ser una jóven promesa del comic- un punto de vista sobre el mundo que él expresa gracias a las posibilidades anárquicas del medio… Después de todo, ¿Dónde si no pueden convivir hombro con hombro lo glorioso, lo estúpido y lo divino? ¿Dónde si no pueden ocupar el mismo espacio los corazones de chicle, los viajantes de sueños, los asesinos en serie y las estrellas invadidas que de vez en cuando vuelven de su tumba?

Si la profusión de estas invenciones y lo absurdo, aunque válido, de algunas de las yuxtaposiciones te recuerda alguno de tus sueños mas acalorados, el sr. Gaiman ha conseguido lo que pretendía. Olvida lo que hay escrito en la portadilla. Héroe y autor aquí son sinónimos. Durante el tiempo que pases frente a estas páginas el sr. Gaiman será Sandman. ¡Mira! Te acaba de traer un sueño”.

Clive Barker, Londres, 3 de abril de 1990




1 comentario:

Nico Peruzzo dijo...

Leer Sandman puede ser terrible para alguien que intente hacer sus propios comics...
Despues de leerlo, a veces no me dan ganas de hacer mas nada, porque Sandman es demasiado perfecto...

mirate estos:
son dibujos de mi antiguo fotolog que hice para acompañar algunos de mis momentos favoritos de Sandman.

El primero, casualmente, es la frase con la que abre tu post:

http://www.fotolog.com/nico1138/15546112
http://www.fotolog.com/nico1138/15552967
http://www.fotolog.com/nico1138/15574058
http://www.fotolog.com/nico1138/15591907
http://www.fotolog.com/nico1138/15610630