martes, 18 de agosto de 2009

Un pobre violin en un mundo de violines




El concierto de música termino y nuestro violín en cuestión, pese a sus nervios, pudo efectuar una buena actuación. Fue entonces que decidió irse a su casa a descansar en su funda ya que mañana debía despertarse temprano para un nuevo concierto. Al anochecer cambió sus cuerdas y las afinó, las tensó y volvió a afinar otra vez para estar en óptimas condiciones en la mañana. Tomó un refrescante brillalux, y se fue para la funda.

Sin embargo una de las cuerdas comenzó a resquebrajarse y al romperse en dos, rompio un poco de la madera de nuestro inocente violin. Perplejo de lo sucedido, el violín observó las múltiples y heterogéneas astillas de una materia que antes le parecía homogénea: el violín descubrió que era también madera. Pero a su vez la madera eran fibras múltiples, entretejidas unas con otras, indiferentes a su violinitud. Comenzó entonces a brotar la ansiedad y la angustia sobre la psiquis de nuestro pobre violín. Se sintió desconcertado y perplejo. ¿Acaso no será esto que me está pasando algún tipo de experiencia delirante de la que tanto se habla? ¿Acaso no me estaré volviendo loco? ¿Quién soy entonces y donde estoy? Intentó calmarse. Cambió la cuerda rota e intentó dormir un poco.

El violín no pudo dormir en toda la noche, producto de una euforia intensa que no cesó desde un principio. Pero lo peor sucedió en la mañana. Pues cuando el sol decidió asomar su rostro por la ventana, el violín empezó a sentir pasos cada vez más intensos y próximos. Luego, lo que parecía una araña rosada con 5 patas lo tomó del cuello mientras que otra araña idéntica a la primera tomó su arco y entonces, empezaron a tocar exactamente las mismas melodías que el violín creía hacer por cuenta propia. ¿Acaso no era yo quién efectuaba dicho arte?- preguntose el violín. ¿Acaso yo no era el creador de mis propios movimientos, el dueño de mi propia vida?

Diagnóstico psiquiátrico:
El diagnóstico del violín dio como resultado una crisis característica de las psicosis delirantes agudas, con trastornos de conciencia tanto a nivel autopsíquico (el enfermo no se concebía más violín) como alopsíquico (tampoco supo el lugar correspondiente en nuestra orquesta). Fueron características las alteraciones tímicas del tipo eufórico y experiencias delirantes polimorfas y mal sistematizadas (la existencia de fibras múltiples y de arañas rosadas de 5 patas que toman posesión de las acciones del cuerpo del violín en cuestión). Hemos observado también cierta tendencia a la estructuración de dichas vivencias lo cuál nos da a pensar en una posterior cronificación (posiblemente esquizofrenia). Esto se expresa claramente en ideas místicas y mesiánicas en las cuales el violín traería un mensaje y una concepción cósmica de la existencia donde nuestra libertad y acciones serían consecuencia de arañas de 5 patas que nos tocan. Incoherente a dicha premisa, surge la creencia de que su cuerpo es en realidad haces de fibras y que el no es un violín. El pronóstico sería entonces grave, y llamamos al órgano eléctrico para que le diera algunos electroshocks. De todas formas el enajenado ya no podrá volver a sus actividades diarias como violín, pues ya no sabe ni quien es, ni dónde se encuentra.

*Aportes psicoanalíticos lacanianos: Es claro el paciente no conformó su violín-ideal en etapas tempranas de su infancia así como la posterior forclusión del nombre del padre, lo cual causó una apropiación deficiente de su propia imagen así como dificultades en la apropiación del orden simbólico (ideal del violin o estradivarius simbolico). La solución estaría entonces en la interiorización de la ley a través del complejo de Edipo.