miércoles, 30 de enero de 2008

Nunca más



Estoy recogiendo el polvo de tus huesos
El veneno de tus venas
La carne de tus músculos
Y la sonrisa de tu cadaver
Para encontrarme nuevamente con nada
Para no tener que usar estas alas
Y caer al precipicio envuelto en llamas
Para que cuando la noche me encierre en sábanas
No me asfixie sin antes reír.

Estoy bailando sobre mi tumba...
Y sobre la tuya.
¿Qué diferencia hay si en tu ausencia mi presencia se hace fugaz?
¿Si en tus colmillos mi cuello descubre su sangre?
Después de todo, nuestra piel solo conserva dentro
Órganos y fluidos que en algún momento
al día saludarán.

Estiro mi mano hacia tus labios
No para tocarte
No para luego besarte
Solo quería estirarla
Y hacer de cuenta una vez más
Que podría alcanzarte
Pese a que estemos sumergidos
En un eterno nunca más.

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