viernes, 13 de noviembre de 2009

Carmen de Bizet



Hace un par de semanas fui al Solís a ver Carmen de Bizet, interpretada por el Ballet Teresa Carreño, proveniente de Venezuela. Yo, entusiasmadísmo, me pasé todo el día rompiendo las bolas en el trabajo, tarareando y silbando las melodías de la obra, contándole a mis compañeros de trabajo de que se trataba. De todas maneras al entrar en internet a la página del Solís, me llevé unas cuantas sorpresas.

En primer lugar el argumento fue cambiado. La obra fue muy controversial en su estreno alla en Francia por 1875. Basada en una novela francesa de Prosper Merimée, la obra toma como escenario a la Sevilla de principios de siglo XIX. En la obra Carmen es una mujer transgresora, pero en el Ballet remodelaron esta cuestión, haciendo de ella la tipica heroína abnegada y eldulcorada que estamos acostumbrados a ver. Por ejemplo, en la escena de la trifulca de la fábrica de habanos, Carmen, en la obra original, apuñala a su contendora, como en la foto de arriba, donde se nota que Carmen es puro rock n´ roll; en el ballet es inculpada inocentemente, al sacarle el cuchillo a la mujer que realizaba dicho acto.

Al ser encarcelada, Carmen seduce a Don José, su carcelero, y consigue huir. Don José es en este caso un bailarín jovencito y con poco aire de tipo recio; no era el mejor bailarín y se nota que lo pusieron por ser el más carilindo. Uno de los que bailó mejor -desde mi lega opinión- era un negrito que hace de contrabandista y le dan una escena sacada de contexto para que se luzca. Claro, no era joven, ni pintún, ni blanco... ¿Cómo lo iban a poner de personaje principal? -léase con ironía-.

Don José es encarcelado y, cuando cumple su condena, parte a una taberna donde habían acordado junto con Carmen encontrarse. Allí, Carmen lo introduce al mundo del contrabando y la delincuencia. Pero Don josé es muy celoso, y más cuando entra un torero que, en el caso del bailarín venezolano, estaba muy bien dotado (punto a favor para la trama venezolana). Carmen, se va con el torero, y deja a Don José tirado. Porque no me vengan con la cuestión del falo simbólico, el chamulle, la labia y la cultura, cuando las escenas se desarrollan en mallitas apretadas y se despierta la imaginación visual.

El final de la obra termina en la plaza de toros, donde Don José apuñala a Carmen, la mata y llora la milonga. "Dejá de llorar, hacete cargo" le decía para mis adentros a este Don José que bien podría haberse llamado "Don Chayenne"; "Pobre Bizet, que justamente no fue reconocido en vida porque su obra resultó transgresora, violenta, erótica, trágica; se debe estar revolcando sobre su tumba".

Je suis désolé, Georges Bizet.

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