


(Al Pacino, personificando al Diablo en El abogado del diablo -“The Devil´s Advocate”-, 1997.).
En un análisis de corte hegeliano (dialéctica, síntesis, desdoblamiento de sí y autoconciencia), Zizek propone una alternativa: “…la única manera de evitar semejante lectura perversa es insistir en la IDENTIDAD absoluta de los dos gestos: Dios no nos empuja PRIMERO hacia el pecado y LUEGO se ofrece como el REDENTOR que nos saca del atolladero en el que él mismo nos sumergió; no se trata de que la redención venga después de la caída: la caída es IDENTICA a la redención, es ‘en sí misma’ ya la redención” (Zizek, 2005:162). El mal, la caída, estaría en la mirada del que la enuncia como tal, y en el reconocimiento del espíritu de sí mismo, Adán y Cristo terminan siendo una misma persona. En el cristianismo el espíritu universal comienza, según Hegel, su reconocimiento de sí mismo, como ser separado, dividido, “para sí”, tal y como Cristo es el abandono de sí mismo efectuado por Dios. “La infelicidad externa tiene que convertirse, como queda dicho, en el dolor del hombre en sí mismo. El hombre debe sentirse como la negación de sí mismo, lo separado, lo dividido… El conocimiento, como abolición de la unidad natural, es el pecado original, que no es un accidente, sino la eterna historia del espíritu” (Hegel, 1997:549) Vemos en Hegel lo que Freud de alguna manera nos advertía: la forma en que los filósofos introducen nuevamente a Dios, pero a través de conceptos abstractos.
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Sacado de:
Apud, Ismael (2006) Racionalismo y secularidad. La religión desde la teoría antropológica, Freud y Nietzsche. Publicado en: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/apud/Secularidad_y_religion.htm en agosto del 2006.
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Citas:
HEGEL, G.W.F. (1997) Lecciones sobre la filosofía de la historia universal. Vol. 2. Altaya, Barcelona.
ZIZEK, S. (2005) El títere y el enano. Paidos, Buenos Aires.
Imagen de H.R. Giger.
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